Así se gobierna a los estúpidos: anécdota de la gallina desplumada.



La hambruna era ya preocupante en el país de un gobernante muy poderoso cuyas medidas habían provocado tal empobrecimiento social que hasta sus más leales seguidores empezaban a cuestionar esa política. El dictador reunió a su equipo de gobierno para explicarles el por qué de estas medidas que tanta inquietud estaban causando.

Durante la reunión, mandó traer una gallina. Al principio la trató con cariño, paseándola por la habitación, alabando sus virtudes y su belleza, mostrándola con orgullo a los asistentes. De pronto, la cogió por el cuello, la golpeó con dureza hasta casi matarla y la desplumó sin apiadarse de los gritos de dolor de la pobre gallina. Después, sacó del bolsillo unos granos de maíz y los fue tirando al suelo ante la gallina, y para sorpresa de los que estaban allí, la torturada ave empezó a seguirle comiéndolos. Finalmente, Stalin levantó a la gallina del suelo y la abrazó. 

"Así se gobierna a los estúpidos." - dijo el dictador. "Igual que la gallina es el pueblo: hay que crearle problemas, llevarlo al límite, ponerlo de rodillas para después darle unos pocos granos y que sienta que tú eres el único que le puede salvar. Porque su memoria es corta, olvida fácilmente, como la gallina. Y sus necesidades son largas, nunca se acaban."

Esta es una anécdota atribuida a Stalin, el revolucionario y dictador comunista.





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