La "Antología de Spoon River" de Edgar Lee Masters (Kansas 1868 - Pennsylvania 1950) inspira nuestro post de hoy. Es una original obra escrita en 1915 y totalmente actual, en la que más de 200 personajes principales hablan desde sus tumbas en una colina de un lugar imaginario llamado Spoon River. Los epitafios que leemos en cada una de las tumbas de los habitantes de ese lugar son relatos de fragmentos de vida, declaraciones, relaciones, deseos secretos y verdades inconfesables que salen a la luz y que son el reflejo de la humanidad entera, de lo más profundo de la vida que todos compartimos y que, paradójicamente, llega a través de las voces de los muertos.
Recorriendo sus páginas descubrimos la curiosidad que nos provocan las vidas ajenas y cómo a través de éstas podemos reconocer y ensayar las nuestras propias.
Decía Whitman que 'quien toca este libro', toca a cientos de seres humanos, y a través de ellos, a miles, a millones.
Un apunte: Este libro permite una lectura aleatoria. Abrir esa página y descubrir qué mensaje te transmite hoy, qué herida te está "tocando" es una experiencia fascinante.
Y hoy también lo hemos abierto esperando un mensaje. Ha sido este:
John Hancock Otis
En cuanto a democracia, conciudadanos,
¿no estáis dispuestos a reconocer
que yo, que heredé riquezas y estaba hecho de ellas desde la cuna
no cedo ante nadie en Spoon River
en mi devoción por la causa de la libertad?
En cambio, mi coetáneo Anthony Findlay,
que nació en una casucha y empezó su vida
como aguador de los obreros ferroviarios,
convirtiéndose al crecer en obrero,
y luego en capataz de ferroviarios, hasta llegar a ser
superintendente de los ferrocarriles
y vivir en Chicago
era un auténtico negrero
que maltrataba a los trabajadores,
y un enemigo encarnizado de la democracia.
Por eso te digo, Spoon River,
y a ti, ¡oh República!:
guardaos del hombre que sube al poder
después de haber llevado el pantalón con un solo tirante.
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